La carretera del Tipnis punta de
lanza hacia la destrucción de la reserva ecológica del Isiboro Secure.
Por: Rolando Luigi Roca Pando
Índice:
Resumen
Introducción.
Desarrollo.
Conclusión.
Resumen:______________________________
El desarrollo de obras de
infraestructura vial, traerá consigo daños
irreversibles para la biodiversidad del Tipnis, Zona de protección ecológica.
El proyecto de construcción de
La carretera Villa Tunari – San Ignacio de Moxos, contempla un tramo de
construcción vial por medio del Territorio Indígena parque Nacional Isiboro
Secure (Tipnis), de llegar a construirse traerá consecuencias irreversibles
sobre la fauna y la flora de la región, patrimonio ecológico y pulmón verde de
los Bolivianos.
El
territorio Indígena del Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS) tiene una
ubicación geográfica en medio de la selva existente entre los departamentos del
Beni y Cochabamba, presenta una extensión territorial de aproximada de
1.225.347 hectáreas habitadas principalmente, por tres comunidades de
indígenas: moxeños, yurakares y chimanes, además de una riqueza en flora y
fauna, árboles como el mapajo que tienen
una presencia de miles de años y animales silvestres endémicos y de especies en peligro de extinción.
El Tipnis
es un territorio privilegiado, comienza en los andes sobre los 3000 mts. Sobre nivel
del mar y termina en una llanura baja a 180 mts. Sobre el nivel del mar lo que promueve
la existencia de hábitats en una región catalogada como refugio pleistocenico.
Su importancia es inigualable como gran gestor de precipitaciones pluviales,
aportando 6.000 mm/ año y generador de oxigeno.
En
la actualidad se estima que existen unos 52 asentamientos de colonos con cerca
de 20.000 familias dentro del área protegida. La enorme presión agrícola
soportada en la región limítrofe del Chapare ha provocado el avance de la
colonización dentro del TIPNIS, lo que viene generando continuos conflictos
dentro del área protegida entre pueblos originarios y campesinos por la presión
y el uso de la tierra. El área colonizada dentro del TIPNIS alcanza en la
actualidad alrededor de 200.000 hectáreas.
En
este contexto, no es difícil imaginar que la construcción de una carretera a
través del TIPNIS tendría unas consecuencias ecológicas y socio-culturales
desastrosas.
La obras de desarrollo vial
traen consigo 2 clases de impactos, los impactos directos y los indirectos,
cada uno afecta de manera diferente y ambos contribuyen a la destrucción de la
flora y la fauna en una determina zona, según los manifestó Máximo Liberman,
Biólogo.
La flora se ve afectada
debido al fraccionamiento del Ecosistema, lo cual la elimina parcialmente; en el caso de la fauna se crea una
“barrera” para la dispersión o movimientos locales, se interrumpe las cadenas
alimenticias y se genera una migración a lugares alejados. En ambos casos se
destruye el hábitat. Por eso es importante tener en cuenta serios estudios y
análisis antes de construir una carretera
Los impactos directos son a
corto plazo y tienen que ver con la construcción propiamente dicha de la vía o
carretera, y envuelve la tala de árboles, compactado y relleno del terreno,
aplanado, dinamitado, asentamiento humano, generando contaminación de residuos
y desechos tóxicos, gasolina, aceites, desechos orgánicos, aguas negras junto con detergentes y otros
propios del las actividades generadas por el asentamiento de los obreros en la
zona.
Otro daño directo que
ocasiona la construcción de las carreteras tiene que ver con los recursos
acuáticos, la experiencia muestra como se ven afectados los peces, cuando su
hábitat se ve expuesto a injerencias externas, por ahora los peces están
desovando en lugares libres de grandes concentraciones movimientos comerciales,
botes, lanchas a motor etc.
El impacto indirecto se percibe
a mediano y a largo plazo y son producto de los asentamientos de personas
mediante la colonización, el crecimiento de la frontera agrícola, los colonos
comienzan a talar los árboles y a realizar quemas, realizando sus chacos, cuando
las tierras ya están cansadas los colonos las convierten en potreros para la
cría de ganado vacuno.
Paralelamente a las orillas
de la carretera se desarrolla todo un comercio informal sin orden ni control,
al no existir infraestructura básica estos asentamientos humanos contaminan los
fuentes hídricas, contaminándolas con aguas negras.
La carretera también abre
las puertas a todo tipo de depredadores como los cazadores y pescadores que no
respetan temporadas de apareamiento y gestación; los pescadores
inescrupulosos muchas veces usan
dinamita para extraer los peces, por lo que las especies piscícolas empiezan a
extinguirse.
Empresas como las madereras inician
actividades en las zonas, estableciendo sus puntos base monte adentro para
luego sacar su producción por la carretera. Los caminos adyacentes que son
abiertos por las empresas madereras contribuyen a los colonizadores a penetrar
también monte adentro para cazar, talar
y chaquear. Los mismos caminos son
usando también por cazadores furtivos que llegan a estos lugares aun vírgenes
para depredar la fauna.
En el caso de construir una
carretera a través del Tipnis las implicaciones de daño al medio ambiente son
muy agravantes puesto que se trata de una reserva ecológica con una diversidad
en fauna y flora muy rica, con especies endémicas, arboles de presencia
milenaria, además el bosque aporta valiosos recursos pluviales de los cuales
dependen otras poblaciones, así como también la producción de oxigeno.
De construirse una carretera
por medio del Tipnis, este está condenado a desaparecer como históricamente se
ha demostrado con la construcción de otras carreteras en zonas vírgenes
boscosas y los que le sucedió a su entorno.
Así sucedió en el pasado con
una empresa petrolera americana, la Shell
Oil and Company, construyo un camino en la década de los 60 en la parte sur del
Tipnis, una vez la corporación se retiro la gente comenzó a colonizar a través
del camino, formaron sus chacos, desforestando la zona, realizando quemas, para
luego convertirla en cocales, destruyendo el entorno y el equilibrio ecológico del
lugar.
Haciendo un resumen de lo
expuesto podemos afirmar que se confirma la tesis que el desarrollo de obras de infraestructura vial causa
impactos negativos en la biodiversidad del la zona por donde se implemente.
Por lo tanto se recomienda
no construir ninguna obra de desarrollo de infraestructura vial en zonas de
protección ecológica, puesto que privaría a generaciones futuras de un lugar
que constantemente produce energías renovables de beneficio común para la
humanidad en su conjunto.
Bibliografía:
IMPACTO AMBIENTAL DE
PROYECTOS
CARRETEROS. EFECTOS POR LA
CONSTRUCCION Y CONSERVACION
DE
SUPERFICIES DE RODAMIENTO:
II
PAVIMENTOS RIGIDOS
Secretaría de comunicaciones
y transporte de mexico.
Autores: José Luis Hernández Michaca
Víctor Manuel Sánchez
Granados
Irene Castillo Chaires
Sergio Alberto Damián
Hernández
Rodolfo Téllez Gutiérrez
Publicación Técnica No. 173
Sanfandila, Qro. 2001
Faunagua
Paul
Van Damme
Máximo Lieberman
Biólogo.